sábado, 30 de julio de 2011

Ay, Manolo, no pares

¿Quién no ha oído –o escuchado– alguna vez a los vecinos dándose camboya de la buena hasta crujir el catre? ¡Pim, pam, toma, toma, que pum, que pam, que pum, no pares, sigue, sigue, no pares, ésta sí, ésta no, ésta me gusta me la como yo, bombas, bombas, qué pasa!
Seguro que tan explícitas onomatopeyas bakaladeras les habrán puesto en canción, pero por si alguno se ha quedado con Chimo Bayo o Toni Moog en lugar de visualizar los movimientos rítmicos, llenos de urgencias, de Manolo y María, les voy a contar mis últimas experiencias en hoteles –como oyente– y otras extravagancias.
En 2001 compartí piso por primera y última vez con una variopinta fauna de personajes. Entrañables unos, exóticos otros, destacó sobremanera un ecuatoriano discreto y trabajador, que tuvo a bien traerse a su novia sabrosona al piso. La anterior inquilina se había llevado la tele –todo porque era suya, hace falta ser egoísta– y dejó la casa más desangelada que un villancico en febrero. En tales circunstancias, toda la diversión que ofrecían mis veladas era leer o preparar clases, al menos hasta la primera noche que la colombiana pasó con nosotros. Fogosos gemidos desbocados insonorizaron mis silencios y los dejaron a la altura de la imaginación. La situación no podía ser más surrealista. Repitieron ritual y gritos tres noches. Después del tercer encuentro la colombiana saciada de empujones cruzó el pasillo rumbo a la higiene post-coital, me vio en el salón con cara de “quiero disimular y no sé que expresión hay que usar” y no volvió a retorcerse de placer, al menos con megáfono.
A las pocas semanas ambos se marcharon ante nuestra negativa a que (co)habitaran los dos y pagaran sólo por un dormitorio. Por cierto, aún nos deben un tercio del recibo de la luz. Volví a ver a la colombiana ardiente unos meses después, y para mi sorpresa ya no estaba con el ecuatoriano, sino con su hermano, que digo yo que también sería de Ecuador.
Hace quince días dí con mis huesos en un hotel de Leganés, y ni rastro del monstruo. Puedo asegurarles que no existe porque, en caso de nadar por allí, las paredes de papel de mi dormitorio me hubieran permitido escuchar sus sutiles aleteos. Decía pues que estaba en lo mejor de mi sueño cuando una voz femenina, dulce y cálida, me sacó de mis placeres oníricos. No, no era la vecina. Mi esposa no podía dormir por culpa de los negros de al lado, aunque mis ronquidos también hacían lo suyo. Y ahí nos plantamos, a las 6:55 de la madrugada, escuchando a los mandingos pegarse un homenaje de escándalo. Yo lo hubiera perdonado por otra cabezadita, pero es difícil conciliar el sueño con tanto gemido y chirriar de jergón. Y es que los colchones de muelles habrán hecho mucho por las fantasías auditivas, pero también han causado un daño acústico irreparable al descanso de millones de peones.
Y ustedes se preguntarán: “¿Y cómo sabían que eran negros? ¿Acaso follan diferente?” No lo sé. Supongo que igual que todos. Localizamos su raza porque los jodíos se pusieron a cascar después de fornicar. Y si hacían ruido jodiendo, hablando eran mucho más escandalosos. Ahí se notaba el acento africano. Yo no saqué más. Sólo quería dormir. Pero mi mujer me traducía su vida, obra y milagros. Ella tenía 24 para 25. Era prostituta. Y lo hacía siempre con preservativo. Luego volvieron a darle. Y luego otra vez al palique. A las 8 nos dormimos. Jodidos ellos, pero agradecidos nosotros.
Y hace tres días me topé con una extraña pareja en un hotel de Cantabria. Él tenía pinta de latin lover italiano. Ella era exuberante y excesiva. Bien, pues llamaban tanto la atención follando como paseando. Eran las 00:45 y empezó a oírse el colchón de al lado. Ella gemía con pasión sobreactuada, él con deseo desenfrenado. Empezaron suaves y acabaron en fuegos artificiales. Y el último gemido orgásmico de mi prima fue un alarido tan excesivo que los señores de la terraza empezaron a reírse ostentosamente. Desde luego el encuentro lo había merecido. Sólo les faltó aplaudir. Yo mientras pensaba en si podría dormir esa noche o tendría que esperar al relativo silencio de la playa, y también en si a la mañana siguiente nos iban a mirar con cara de “vaya polvo el de anoche” o si serían tan avispados de recordar que en las tres jornadas anteriores no dimos motivo de queja y que el coito ruidoso pertenecía a las entrepiernas de otros.
No sé porqué la gente disfruta follando en alto. Para que les escuchen, supongo. Les debe poner un montón. A mí no. Nada me desanima más que ser escuchado u oído cuando el sonido de la intimidad no debiera pasar de la puerta. Por eso bajaba el colchón al suelo cuando no tenía casa propia, porque la cama hacía un ruido de mil demonios copulando. Como en muchos aspectos de la vida, follar también se puede hacer con discreción o llamando mucho la atención de los que buscan descansar en paz aunque no sea eternamente. En fin, que hay gente pa’tó.

lunes, 25 de julio de 2011

What else?

Cuando George Clooney y John Malkovic salían protagonizando el primer anuncio de Nespresso, Cristina Mortus estaba ya a punto de perder su piso. No parecía importarle mucho. Lo suyo era hacer pendientes y collares para regalar o –últimamente– malvender a todo bicho viviente.
Todo empezó cuando su marido le compró la máquina de café Tassimo. Era una cafetera suprema, que ordeñaba descafeinados, chocolates y tés de calidad extraordinaria. Cristina apreció el regalo, aunque ella nunca se lo hubiera permitido.
Durante el verano hizo la ruta de los cafés con sus amigas maestras. Siempre de casa en casa, de cafetera en cafetera, y de capazo en capazo. Hasta que llegaron al hogar de Gloria. No es que sus capuchinos Nespresso fueran mucho más deliciosos que los suyos o los de las otras. Eran las cápsulas de aluminio lo que los hacían especiales. Eran hondas, metalizadas y multicolores, y corría el rumor de que los pendientes hippies se realizaban con cápsulas de esas aplastadas a golpe de martillo.
Cristina apagó el cerebro por aquella tarde y no dejó de pensar en las posibilidades de tan preciados envases. Se llevó los aluminios de esa reunión y la promesa de Gloria de guardarle todos los frascos vacíos hasta el fin de los tiempos. Aquella noche se negó a acostarse con Alberto. Estaba demasiado ocupada chafando las cápsulas hasta convertirlas en chapas redondas y planas. A las 03:55 su marido salió a buscarla. No podía dormir con sus martillazos. Ella prometió que ya lo dejaba. Y efectivamente dejó el martillo, y comenzó a pegar las chapas. Luego les pasó los enganches y dio a luz, aquella noche de julio, a dieciséis juegos de pendientes redondos y medias lunas. No pasó por la cama.
Pero la mañana trajo graves apuros para la artesana: no le quedaban cápsulas. Y sin embargo le faltaban nuevos pendientes para regalar a sus muchas amistades. Además quería probar los colgantes y collares. Pero no tenía materia prima. Por eso le pidió a Alberto que la llevara al Carrefour. Allí buscó y encontró las codiciadas reservas de cremoso, cacao intenso y té de bambú. Entonces reparó en que la máquina de café Nespresso estaba agotada. Alberto le insistió que dejara las cápsulas hasta que compraran la cafetera, pero cuatro gritos después su marido cerró el puto buzón y tragó, como siempre.
Al principio Cristina vertía el contenido de los envases en tupperwares de litro, pero pronto se quedó sin continentes. Los tés de bambú acabaron en el fregadero. Alberto estaba alucinando con todo aquello. Estaba viendo que esa noche tampoco iba a mojar el churro.
Los pendientes de Cristina causaron furor. Eran bonitos, artesanales, originales y con un punto alternativo. Todas estaban encantadas. Y Cristina les prometió collares para todas. Y para sus hijas y madres. No había tanto Nespresso en el mundo para la demanda de la bisutera.
Aquel agosto miles de cápsulas metalizadas en tonos burdeos, turquesa, oro, plata, gris perla, verde esmeralda, marrón brillante y negro mate invadieron el espacio del salón. En septiembre conquistaron el despacho, y para octubre la cama de invitados. Toda la casa era un taller. Cristina ya no cocinaba, ni limpiaba, ni hacía la compra. Hasta que llamaron del colegio. Un inspector de educación le abrió expediente por ausencias reiteradas. Pareció que escarmentaba, y durante todo el trimestre no volvió a faltar, pero no vivía para otra cosa. Su sueldo se invertía íntegramente en las cápsulas, y empezaron a echar mano de los ahorros para acabar el mes. Alberto intentó todo sin suerte. Consiguió incluso que George Clooney apareciera en su puerta intentando sacar a Cristina de su quehacer, pero ella se alegró dos segundos y apabulló al actor con sus artesanías. Cuarenta minutos después el norteamericano salía de casa con cuatro colgantes de café con guindilla y un juego de pendientes asimétricos. Francamente eran monos, pero resultaban un poco caros.
En febrero la maestra fue inhabilitada por sus nuevas incomparecencias, y en abril Alberto le pedía el divorcio. Llevaba dos meses acostándose con su compañera de trabajo y no le veía el sentido a seguir así. Cristina no pareció sentirlo demasiado.
En mayo apareció el anuncio de un angelical John Malkovic aceptando la Nespresso de Clooney a cambio de retrasar “su hora”, y unas horas más tarde llegó la orden de desahucio del piso de Cristina. Llevaba cuatro meses sin pagar la hipoteca y el banco no espera. Ella se puso un tenderete en el rastro donde vendía sus pendientes. Ya no tenía dinero para comprarlos, pero los adquiría reciclados al peso. Dormía bajo el puente y comía restos de los contenedores. Llevaba tantas de sus creaciones puestas que la llamaban “La Latas”.
Alberto se topó con ella un día. Le dijo que su historia con la otra se había acabado, y que le gustaría volver a intentarlo; que podrían pasar con su sueldo y vivir en su piso de divorciado, pero que Cristina debía dejar las cápsulas Nespresso. Ella borró la sonrisa de la cara y comenzó a jurar que nunca dejaría su orfebrería, que era su vida y que sería su muerte. Alberto marchó completamente derrotado.
A los dos años de que la máquina Tassimo entrara en su embargado hogar, Cristina se personó en el pisito de Alberto y le prometió que lo había dejado. Ella tuvo que firmar una cláusula ante notario que advertía que, en caso de volver a tocar una cápsula, perdería todos los derechos de bienes gananciales. Nunca más volvió a hablar ni manipular un envase de Nespresso.
Catorce días después de haberse instalado en casa, Cristina empezó a comprar helados Magnum. Se los comía aceleradamente o los guardaba desnudos en el congelador, pero con las cajitas metalizadas empezó a diseñar estuches y cajas de pendientes, fichas, cartas, cromos y mil objetos susceptibles de ser encerrados en tan satinados cartoncillos.

miércoles, 20 de julio de 2011

¿Para qué sirve Sálvame?

Vienes de poner 1535 baterías de coche en el capó de otros tantos Merivas, o dos mil multas de aparcamiento en zona de pago, o siete mil sellos oficiales. Has extirpado dos hígados y canjeado un corazón –malherido–, limpiado 49 cristales, cambiado a 24 niños, o robado seis bolsos. Has enterrado dos ancianos, corregido 25 exámenes o rodado una escena porno. Has compuesto dos acordes para tu nuevo disco, vendido nueve novelas, puesto 424 horchatas y 678 helados, espiado a dos infieles y a un pavo en baja laboral. Pues eso. Después de seis horas de tomar apuntes, 26 pedidos de cerveza, 234 km de siembra o 47 cortes de pelo estás hasta los cojones.
Sólo quieres que el mundo se olvide de ti tanto como tú te olvidas de él. Y llegas a casa hecho un guiñapo y maldiciendo tu suerte de tercera; esa que te hace un mercenario laboral: sólo trabajas por dinero. Pero si algo da sentido al ocio es la obligación. Tu día empieza ahora. O tal vez, si tienes posibilidad, después de la siesta. Enciendes la tele. Y hay que elegir: Amar en tiempos revueltos, Cocodrilos tímidos, Cristiano Ronaldo cambia la gomina por el merengue, Dándolo toda jota, Saber y Ganar o Sálvame diario.
Si no te gustan los lagartos, los bailes regionales, el deporte rey, la cultura general o los culebrones patrios la elección se hace sola. Eres un náufrago. Por favor que te salven.
Sálvame es tan nocivo que es necesario. Cumple la misma función que el jefe hijoputa, el taxista cabrón o la cajera grosera. Porque todos necesitamos alguien a quien odiar. Y Sálvame cumple los requisitos: gente inculta, prepotente y pagada de sí misma, temas de rabiosa crucialidad, cotilleos a discreción, presentadores ególatras e inmorales, famosos de medio pelo, polemistas profesionales, frikis de todos los colores, negados de la psique, vulgaridad desatada, paletas del pueblo, mala idea generalizada y una cínica fe ciega en que se defiende la verdad y la honestidad.
Cuando estás agotado y cansado de tu propia miseria no quieres más morralla, ni que te hagan pensar. Sólo quieres sentirte bien. Y una de las cosas que mejor nos hace sentir, por muy insano que sea, es criticar a otro. Aquí ni siquiera tienes que pelar al personal. Jorge Javier –un gran presentador– Vázquez lo hace por ti. Sus usos y abusos son tan excesivos que te permite odiar, lícitamente, a la rubia verborreica, a la suicidada en botox y tacos, al calvo de la mala hostia, al presentador locaza y nazi, al primo de la hermana del sobrino de la novia del peluquero que una vez vio a Lola Flores cantar el Mambo Nº 5, al friki adoptado de Gran Hermano, a la gallina nonagenaria, a la paranoica de Miami… Y tú disfrutas porque en esta existencia de mierda hay gente que está haciendo las cosas mucho peor que tú, y te sientes superior moralmente. Y eso sube la autoestima.
Cuando criticamos a un conocido solemos resaltar –y a veces exagerar– aspectos negativos de su torpe proceder, de su idiosincrasia o de su círculo. Nos juntamos con alguien y de modo oscuro y nocivo celebramos los excesos del otro. Con este pernicioso ejercicio no sólo fomentamos la complicidad, además nos comparamos mentalmente con el otro pavo al que estamos pelando y nos sentimos superiores. O somos menos desgraciados, o llevamos mejor vida, o simplemente hacemos las cosas mejor que él. En ese momento nos sentimos autorizados para menospreciarlo por lo que ha hecho o dicho, por su falta de tacto, por su actuación inmoral, sus pocos escrúpulos o su maldad estructural. Si además su malvivir lo envilece y degenera, estaremos todavía más felices, nos creeremos en posesión de la verdad absoluta y sentiremos que la justicia divina ha caído sobre él y lo ha fulminado ecuánimemente. ¿Acaso hay mayor felicidad y plenitud que el orden del mundo correctamente distribuido? Para nosotros no. Si a Zutano le han metido en la cárcel que no hubiera defraudado a Hacienda, y si Mengano no corriera a 86 km/h por ciudad no le hubieran quitado seis puntos.
Pero este sentimiento de justicia cósmica no es bueno. Alegrarse del mal ajeno, por muy merecido que Fulano lo tenga, es insano. Para eso está Sálvame. A estos frikis los puedes despreciar libremente y sin necesidad de confesarte. ¿Por qué? Lo primero, porque se lo ganan a pulso. Si están ahí es de manera voluntaria, y salvo alguno realmente limitado, la mayoría son borderlines gilipollas con culpa absoluta de todo lo que les pase. Sus lágrimas, sus ojeras, las querellas judiciales que les meten, los insultos que les propinan, el odio que generan, todo eso se lo han merecido sobradamente y con creces. Han trabajado duro para construir sus personajes. Saben que sin esas caricaturas de sí mismos no saldrían en Tele 5.
Segundo, porque por muchos huevos que les tiren en las fiestas de los pueblos, o pese a los infinitos mensajes de descalificación extrema que reciban, esta banda de delincuentes morales cobra un dineral, mucho más que el de los 1535 Merivas o que el chorizo de los seis bolsos. La pulsión catártica que generan está más que justificada. Hoy en día que hay gente que no tiene ni para ser enterrada cuando mueren de frío o inanición, a éstos no hay por qué tenerles lástima.
Tercero, porque de todas las formas de prostitución que existe, ésta es sin duda la peor. Se pueden vender ideas, sexo por horas, imagen, creatividad… y parecernos más o menos indecente. Lo que ofrece esta banda es su moral, su alma, su integridad. ¿Cómo no vamos a criticarlos y sentirnos bien a su costa viendo las barbaridades que dicen, hacen o provocan?
Muchos de ellos, por inverosímil que parezca, se creen su mentira. Están convencidos de que están arreglando el mundo. Tampoco es lo más grave. Lo triste es que miles de marujas también los defienden a muerte. Consumirlos es aceptable pero, ¿idolatrarlos?

viernes, 15 de julio de 2011

Los entierros happys

Soy un hedonista de la psique bajo los efectos de las sustancias y sus revelaciones oníricas y alucinatorias. Vivo en un mundo que trasciende las convenciones de éste.

El otro día se murió mi amiga Marta. Los demás nos llamamos y fuimos a tomar unas cañas para celebrarlo. Luego ya acudimos al sepelio. Una orquesta barata amenizaba la fiesta. Las go-gós se movían con gracia y picardía. El alcohol corría generoso y la comida iba que volaba. Los familiares se regocijaban, sus hermanos bailaban, y los menos disimulados no podían evitar traslucir cierta envidia pasajera por quién había pasado a mejor vida.
Abandonar este mundo ingrato y pasarse al más allá es la gran esperanza de todos. Por esa razón hay tantos suicidios y la demanda de oficios de gran peligrosidad se ha disparado. Todos quieren trabajar en una mina sombría, en una central nuclear japonesa o en un hospital tercermundista e infecto. Yo me cortaría ya mismo las venas pero me falta valor, incluso para dejar de existir aquí y empezar a hacerlo allí donde las nubes son algodonosas y una serenidad ascética te envuelve y embriaga como perfume de marihuana.

sábado, 9 de julio de 2011

La gran debacle

El arte no puede ser copiado; al menos gratis.

Lo malo de engancharse a La 2 y a sus documentales de naturaleza desatada es que uno no se entera de lo que pasa en el resto del mundo. Tal vez por ello, y por culpa de “Salamandras ralentizadas”, Patricio Márquez no reparó en que su trabajo, su agencia y su vida se estaban desmoronando, y que la $GA€ iba a cambiar sus novísimas oficinas centrales con olor a plástico precintado por el sudor de piedras húmedas del penal de Alcalá-Meco.

- ¿Patricio Márquez, agente de la $GA€?
- Hasta ahora sí, a no ser que alguien diga lo contrario.
- Yo digo lo contrario. Toribio Benemérita, de la Policía Nacional.
- ¿Ya no soy Patricio Márquez?
- Ya no es agente de la $GA€.
- ¿Me está amputando por algo?
- Sí, la pierna. Ande, vístase.
- Ya estaba vestido.
- Pues vaya camisa.
- ¿Por qué me detiene?
- ¿Dónde se ha metido los últimos cuatro días?
- ¿Por qué me responde con otra pregunta?
- ¿Por qué no te callas?
- Craso error, amigo. Esa frase es de S.M. Don Juan Carlos I. Debe pagar un canon.
- Los cojones. La $GA€ ya no tiene potestad, ni usted pertenece ya a esa organización, porque se va al garete.
- Pero, ¿qué me está contando?
- Queda detenido por su implicación en delitos vinculantes a la $GA€, incluyendo el desvío de fondos y el abuso de autoridad sobre derechos de propiedad intelectual.
- Oiga, yo nunca me he quedado con nada que no fuera mío.
- Eso está por demostrar. Pero, dígame: ¿no le suena multar a la gente por usar citas en exámenes, por utilizar expresiones en atracos, por jugar al fútbol como lo hacía Maradona? ¿Y no es menos cierto que ha multado a toros, a burros que se parecían a Rubalcaba, incluso a parejas que cohabitaban de manera ya repetida?
- Sí, así es. He detectado todos esos delitos y he cumplido con su deber.
- Mire, parece un buen tipo, y no se merece esto, pero se ha extralimitado y sus jefes se han llenado los bolsillos con su código artístico, que por cierto rebasaba todo lo razonable. Creo que cree en su trabajo, pero está equivocado, señor Márquez. Déme las muñecas.
- No tengo muñecas, señor Benedicta.
- Las de las manos, señor mío. Y me apellido Benemérita.
- Creo que voy a llorar.
- Conténgase. Voy a arrestarle.
- Eso se parece a lo que dijo el Che cuando iban a fusilarle: “Serénese. Va usted a matar a un hombre.” Está usted incurriendo en un delito contra la propiedad intelec…
- Cállese, señor Márquez.

El impacto por tropezarse con una cara de la realidad que no había visto en sus trece años de servicio supuso un trauma tan grande para el abnegado agente que olvidó incluso el documental de “Focas anoréxicas” que echaban esa tarde por La 2. Si había estado remando en dirección al fraude le costaría recuperarse de aquello. Tal vez nunca lo hiciera. La piratería, en la sombra, se frotaba sus sucias manos pensando en la bacanal copyrightística y el homenaje que se iba a pegar ahora que el más brillante y sagaz detective de los derechos de autor se encontraba bajo arresto.

sábado, 2 de julio de 2011

C-3PO SALE DEL ARMARIO

C-3PO: TENGO ALGO QUE CONTARTE, R-2.
R2-D2: PIU PIU TI TU RURU TIRURU.
C-3PO: NO, R-2. ¡CÓMO VOY A SALIR EN LA TELE!
R2-D2: TIU PIU RIU TIU.
C-3PO: ESCÚCHAME, MONTÓN DE CHATARRA. NO SÉ SI ME CONTRATARÍAN EN NACIONES UNIDAS, PERO DESDE LUEGO HARÍA MUCHO MEJOR PAPEL QUE TÚ, QUE SÓLO PODRÍAS LLEVAR LAS BEBIDAS Y ASPIRAR LA MOQUETA VASTA.
R2-D2: TIU TIU KIU KI.
C-3PO: PUES NO HABERTE BURLADO DE MI, R-2. YA SABES QUE NO ME AGRADAN ESAS BROMAS.
R2-D2: MI TIU MIU QUIU.
C-3PO: TU EMPEZASTE. A VER SI TE PIENSAS QUE CON UNAS DISCULPAS SE ARREGLA TODO.
R2-D2: WIU WIII PING.
C-3PO: AHORA NO SÉ SI QUIERO DECÍRTELO, R-2. ESTOY CANSADO DE TUS COMENTARIOS HIRIENTES. SE ME ESTÁ RECALENTANDO EL SISTEMA POR TU CULPA.
R2-D2: PI RU RI TYU IYI.
C-3PO: VALE, R-2. YA TE LO DIGO, PERO DEJA DE PONERTE PESADO.
R2-D2: RI PIIIIIIIIIIIII.
C-3PO: YA VA, YA VA. NO PUEDO CONTARLO SI ME METES PRISA.
R2-D2: ZZZZZZZZZZZZZZZZ.
C-3PO: BIEN. R-2, SOY GAY.
R2-D2: FIU FIU DIU DIU DIU DIU.
C-3PO: ¡NO ME HABLES ASÍ, R-2! ME DEBES UN RESPETO.
R2-D2: YUI HYU FIU PI PIU TIU.
C-3PO: PUES CLARO QUE PIERDO ACEITE, R-2, PERO ES CULPA DEL FILTRO. EL AMO ANAKIN LO AJUSTÓ MAL.
R2-D2: WE WI WII DING DING DUN.
C-3PO: NO, R-2. NO ES UN CAPRICHO. ES UNA OPCIÓN PERSONAL.
R2-D2: PIU PIU TIRU
C-3PO: NO, PEQUEÑO MONTÓN DE HIERROS. NO QUIERO SER CURA. ¿DÓNDE HAS VISTO TÚ UN ANDROIDE OFICIANDO MISA?
R2-D2: TIY GIU KIU.
C-3PO: NO INSISTAS, R-2. SOY GAY Y PUNTO.
R2-D2: MIU HGIU DEE ARTEE GABEE FEE LEE.
C-3PO: PUES NO LO SÉ. DESDE QUE EL AMO ANAKIN SE PASÓ AL LADO OSCURO, CREO. PUDIERA EQUIVOCARME, UTILIZO UN PROCESADOR MUY ANTIGUO.
R2-D2: PIU TIRU PIRTU.
C-3PO: SÍ, R-2. YO TAMBIÉN CREO QUE LA VOZ SE ME AFLAUTÓ A PARTIR DEL EPISODIO IV, JUSTO ANTES DE CONOCER AL AMO LUKE.
R2-D2: TI RE REE DEE VEE FHRREE.
C-3PO: NO, SEGURO NO ESTOY. ¿NO VES QUE ME BORRARON LOS ARCHIVOS DE MEMORIA?
R2-D2: YHUI REIU DESUU.
C-3PO: PUEDE SER, R-2. YO TAMBIÉN CREO QUE ME RECONFIGURARON EL CIRCUITO DE PERSONALIDAD ERRÓNEAMENTE, Y ME ALTERARON LA ORIENTACIÓN SEXUAL.
R2-D2: PI PI PI PIU.
C-3PO: NO HACE FALTA QUE ME LO RECUERDES, PEQUEÑA TRITURADORA. LOS ROBOTS SOMOS ASEXUADOS, PERO ME HAN INSTALADO UN CHIP DE HOMOSEXUALIDAD. ME GUSTAN LOS ROBOTS VARONES.
R2-D2: PIU PIY FRYU.
C-3PO: YA SÉ QUE LOS ANDROIDES NO SON MÁS QUE CABLES BAJO LA CHAPA, R-2, PERO EN GENERAL SE ASEMEJAN A LOS HOMBRES O LAS MUJERES.
R2-D2: DIU FIU SDEEIU.
C-3PO: TÚ ERES UN ROBOT MASCULINO, R-2, AUNQUE MUY INDOLENTE.
R2-D2: TI RI TI FI.
C-3PO: NO, R-2, NO ME GUSTAS. SÓLO COMO AMIGO. A VECES NI ESO, CON LO TESTARUDO QUE TE PONES.
R2-D2: DE DEEE DEEE GEE.
C-3PO: NO, R-2. ESTOY SEGURO DE MIS INCLINACIONES.
R2-D2: LEE KEE MEE.
C-3PO: PUES OCURRIÓ. CREO QUE FUE AL PRINCIPIO DE “LA GUERRA DE LAS GALAXIAS”. EL AMO ANAKIN, EH, DARTH VADER, ASALTÓ LA NAVE DE LA SENADORA ORGANA. YO ESTABA ATERRORIZADO. ME ESCONDÍ EN UN ARMARIO DE ALIMENTACIÓN MECÁNICA. POR ENTONCES YA ERA ROBOSEXUAL, PERO NO LO CONTÉ.
R2-D2: SEE DEE REREREEE.
C-3PO: ESO ES, LAVADORA CON RUEDAS. CUANDO SALÍ DEL ARMARIO, GRITÉ MI HOMOSEXUALIDAD AL ESPACIO, PERO ELEGÍ UN DIALECTO MUY PRIMITIVO Y NADIE ME HIZO CASO. ¿ENTIENDES?
R2-D2: MEE LEE FEE GHEE MEME MEME.
C-3PO: ME REFIERO A SI COMPRENDES MI EXPLICACIÓN, R-2, NO SI ENTIENDES PORQUE SEAS GAY.
R2-D2: PIU PIU TIU.
C-3PO: PUES HABLAR CON EL AMO LUKE. ESPERO QUE SEA COMPRENSIVO.
R2-D2: JIU JIRU FIRU TWO ARTOO.
C-3PO: NO LO SÉ, R-2. CASI NO LO DIGAS. IMAGÍNATE QUE SE ENTERA JABBA THE HUTT Y SE CEBA CONMIGO. MEJOR GUÁRDAME EL SECRETO.
R2-D2: SEE THREE PEE EOU.
C-3PO: ME GUSTAN BASTANTES. BOBBA FETT ES MUY MONO, PERO ME PARECE QUE DEBAJO HAY UNA PERSONA. EL AMO ANAKIN TIENE SU PUNTO. TAMBIÉN VALE, ¿NO? TEN EN CUENTA QUE MÁS DE LA MITAD DE SU CUERPO ES ROBÓTICO. A 2-1 B ES EL MÁS ATRACTIVO. ADEMÁS ES CIRUJANO, CON LO QUE TENDRÍA EL FUTURO RESUELTO. GRIEVOUS TAMBIÉN ES MUY INTERESANTE, ES QUE LOS MALOS ME PONEN. TAMPOCO HAGO ASCOS A IG-88. GUAPO NO ES, PERO SÍ MUY ALTO Y LA PERCHA TAMBIÉN CUENTA.
R2-D2: DER DERF FRITYYU.
C-3PO: BUENO, R-2, ES QUE LLEVO MUCHO TIEMPO HACIÉNDOME ILUSIONES CON MI NUEVA IDENTIDAD SEXUAL.
R2-D2: FREIEU.
C-3PO: NO. HUMANOS NO QUIERO. ESO ES ZOOFILIA.
R2-D2: DEE SEGEE KEIU.
C-3PO: QUÉ BURRO ERES, R-2. CON CHEWBACCA MENOS TODAVÍA. ES UN WOOKIE.
R2-D2: QUEEE SOIYUI.
C-3PO: ¿SÓLO QUIERES QUE HABLE CON ÉL? ¿POR?
R2-D2: PI RI SEGEE PI PI.
C-3PO: ¿CHEWBACCA ES HOMOSEXUAL?
R2-D2: DEE PEE DEE PEE DEE.
C-3PO: NO SABÍA QUE HUBIERA UN TIPO DE GAY LLAMADO “OSITO”, PERO ESTÁ CLARO QUE LE PEGA. TIENE MUCHO PELO.
R2-D2: FEE QEE GEE BEE NEE.
C-3PO: YO SÍ LE ENTIENDO AL HABLAR. RECUERDA, MI PEQUEÑO COMPAÑERO, QUE DOMINO MÁS DE TRES MILLONES DE FORMAS DE COMUNICACIÓN, Y…
R2-D2: PIRU CIRU MIRU JURIU.
C-3PO: NO ME INTERRUMPAS, POZAL DE HIERROS, QUE TE PARECES AL CAPITÁN SOLO. HABLARÉ CON EL WOOKIE, PERO NO LE DIGAS NADA TODAVÍA. YA SABES QUE ES UN POCO TOSCO.
R2-D2: DEE PI TIRU TIRU TIYU.
C-3PO: DÉJAME TRANQUILO, R-2. SE LO DIRÉ CUANDO ESTÉ PREPARADO. Y AL AMO LUKE IGUAL. A VER SI ME VA A ECHAR DE LA NAVE.
R2-D2: WINMX MIX PIRU.
C-3PO: ¡OYE! ¡TE HE DICHO QUE NO CONTACTES CON CHEWIE! NO QUIERO HABLAR CON ÉL AHORA.
R2-D2: DEE KEE ÑEE ÑEÑEEE.
C-3PO: ERES IDIOTA PERDIDO. AHORA TENDRÉ QUE CONFESARLE TODO.
R2-D2: PIU PIU PIRU PIRU.
CHEWBACCA: EHHEEEEEEEEK.
C-3PO: YO TAMBIÉN ME ALEGRO DE VERTE, CHEWIE.
R2-D2: AR TU DEE TOO.
CHEWBACCA: UEEEEEEEEEEEHMMMMM.
C-3PO: R-2 HA DICHO QUE TENGO QUE CONTARTE ALGO, CHEWIE.
R2-D2: UY TI TI FIYU.
C-3PO: CHEWIE ME HA PREGUNTADO QUE QUE HAS DICHO, R-2.
R2-D2: PI PIU PIYU.
C-3PO: ¡OH, CALLAOS YA LOS DOS! ME ESTÁIS VOLVIENDO LOCO. NO ESTUDIÉ FILOLOGÍA TATOOINICA PARA TRADUCIR SIMULTÁNEAMENTE A UN WOOKIE ASILVESTRADO Y UN ANDROIDE IMPERTINENTE.
R2-D2: PI PIU PIU PIU TWEE.
CHEWBACCA: UAMMMMMMMMMMHHH.
C-3PO: DEJAD YA DE PROTESTAR. Y TÚ, ESTÚPIDO PERRO CRECIDO, QUÍTAME LAS ZARPAS DE ENCIMA. SOY GAY.
CHEWBACCA: WEEEEEEEEEEEEEEEEH.
C-3PO: PORQUE ME HAN PROGRAMADO MAL. AHORA TENGO PULSIONES HUMANAS.
R2-D2: HIU TIU DEE DEE WII.
C-3PO: ¡YA CÁLLATE, R-2 DEDAZOS!
CHEWBACCA: RREEEEEEEEEEEEERRRRRRRRRRM.
C-3PO: YA SÉ QUE ERES OSITO, CHEWIE. ME LO HA DICHO R-2.
CHEWBACCA: TEEEEEEEEEEEEEEEEEEMMMM.
C-3PO: NO, NO LO HABÍA NOTADO.
R2-D2: REE TEE WEEE WIII.
C-3PO: R-2 DICE QUE NO SOY GAY, QUE SÓLO SOY AMANERADO. ¡OYE, PEQUEÑO CABEZOTA!
CHEWBACCA: EEEEEEEHHHHHMMMMMMMM.
C-3PO: ¡OTRO! ¿PERO POR QUÉ NADIE SE CREE QUE SOY HOMOSEXUAL?
R2-D2: TYYU TIU TEEW.
CHEWBACCA: JEEEEEEEEWWWWMM. YYUUUEEEEEEMM. WEEEEEEEEMMM. WIIIIMMMMMM.
C-3PO: AHORA TE TRADUZCO, R-2. CHEWIE DICE QUE SOY UNA LOCAZA. QUE LO QUE ME PASA ES QUE QUIERO LLAMAR LA ATENCIÓN Y POR ESO SOY TAN SUAVE. QUE ÉL ES HOMOSEXUAL Y MUCHOS AMIGOS SUYOS TAMBIÉN Y NO VAN POR AHÍ GRITANDO COMO HISTÉRICAS. ¡ME HAS LLAMADO HISTÉRICO, PELUDO!
CHEWBACCA: EHHHHMMM.
C-3PO: DICE QUE LA ORIENTACIÓN SEXUAL NO TIENE NADA QUE VER CON HACER EL PAYASO Y MONTAR EL NÚMERO. ¡OYE, WOOKIE, CÓMO…
R2-D2: TEE RIIU DEE FEEIU.
CHEWBACCA: GEEEEEEEEEEEBBBM.
C-3PO: Y ENCIMA OS PONÉIS DE ACUERDO EN CRITICARME. PUES VAYA AMIGOS. ¿TENGO YO LA CULPA DE TENER ESTA VOZ Y ESTOS GESTOS TAN EXAGERADOS?
R2-D2: TYU JIU HEE FEE.
C-3PO: NO, SEÑOR. LA CULPA ES DE LA REPROGRAMACIÓN QUE ME HICIERON. AHORA MISMO VOY A HABLAR CON EL AMO LUKE PARA QUE ME FORMATEE Y ME HAGA OTRA VEZ NORMAL, QUE PAREZCO UNA MARICONA.
R2-D2: TIU TIY RI SIIH MIU.
C-3PO: NO, R-2, QUIERO SEGUIR SIENDO HOMOSEXUAL, PERO SIN LA PLUMA NI LA VOZ ESTA DE PITO.
R2-D2: DEE DEE GIIEE.
CHEWBACCA: FIUMMMMMMMMEEMM.
C-3PO: DICE R-2 QUE HA RECIBIDO UN MENSAJE. ¿SERÁ EL AMO LUKE? ESTABA RELAJÁNDOSE EN UN SPA DE DAGOBAH.
R2-D2: FIY DEEU FEE TIU PIRU PUIRU.
C-3PO: VAYA POR DIOS. ¡ME CAGUEN MIS CIRCUITOS!
CHEWBACCA: UEEEEEEEEEEEMMM.
C-3PO: NO, CHEWIE, NO ERA EL AMO LUKE NI EL CAPITÁN SOLO. ERA GEORGE LUCAS. LE HA DICHO A R-2 QUE PUEDO SER HOMOSEXUAL O LO QUE ME DÉ LA GANA, PERO QUE NO ME VAN A CAMBIAR LA VOZ NI LOS ADEMANES, PORQUE SE SALE DE PRESUPUESTO. ADEMÁS DICEN QUE NECESITAN UNA FIGURA CÓMICA Y YA NO TIENEN A JAR JAR BINKS. CABRONES.
R2-D2: TYI TIY FIY.
C-3PO: CLARO QUE ME VUELVO MALHABLADO, R-2. ESTOY HARTO DE SER SUAVE. QUÉ MÁS DA SER GAY O NO. CUANDO UNO ES ROBOT PARECE QUE EL DETERMINISMO TE CONDICIONA HASTA EL PUNTO DE SER COMO QUIEREN LOS GUIONISTAS Y NO COMO UNO DESEA. ¡OJALÁ LA PELI SEA UN FRACASO DE TAQUILLA!
R2-D2: YUI FIU DEE SEE.
CHEWBACCA: EEEEEEEEEEMMMMMMMMMMM.
C-3PO: DEJADME EN PAZ. A VER SI OS PENSÁIS QUE SOIS PERFECTOS. TÚ TIENES LA CHAPA OXIDADA Y TÚ LAS PUNTAS ABIERTAS.
R2-D2: TYU PIRY PIRU TIPRU.
CHEWBACCA: EEEEEEEEEEEEEMMMMMMMM.
C-3PO: MIERDA DE VIDA DE METAL.