domingo, 21 de marzo de 2010

El club de la mentira (3º sesión)

CUSTO: - ¿Hoy tampoco viene Fran?
MERCHE: - ¿Tú lo has visto? Pues yo tampoco.
BALTA: - Creo que no va a venir más.
MATTHEWS: - ¿Por?
BALTA: - Porque ha hecho las paces con Richi.
WENCES: - No puede ser, Balta.
MATTHEWS: - ¿Por qué no puede haber sido como dice Balta, Wences?
WENCES: - Porque Fran no es de los que reculan.
DANI: - Tal vez cambió de opinión.
CUSTO: - O de postura, ja, ja. Ahora se pone él delante.
BALTA: - A mí evidentemente me da igual. Creo que Fran ya no desea sexualmente a Richi pero lo quiere sentimentalmente. No sé si se me entiende.
MATTHEWS: - Perfectamente, Baltasar.
CUSTO: - Chicos, hoy me he vuelto a poner el esmoquin.
MERCHE: - Vaya, Custo, felicidades.
WENCES: - ¿Estás seguro de ese paso, Custodio?
MATTHEWS: - Perdonad, estoy perdido.
BALTA: - Y yo más todavía.
CUSTO: - Habréis observado que mis ropas y mi apariencia son bastante precarias.
BALTA: - Bueno…
CUSTO: - Parezco un vagabundo, pero estoy podrido hasta asquear.
MATTHEWS: - ¿Esa es tu mentira?
CUSTO: - Pues sí. Odio ir de rico. Aborrezco aparentar, presumir, sacar el ferrari. Me da asco todo eso.
MATTHEWS: - Pero el dinero no es un problema, ¿o sí?
CUSTO: - El dinero no me molesta. Es mejor ser rico que pobre. Lo que me desagrada es la pompa y la apariencia.
BALTA: - ¿Que tan rico eres?
CUSTO: - Bueno, un poco.
MERCHE: - ¿Un poco? Custodio Sánchez Venero es propietario de una cadena de supermercados, seis bares de copas en Madrid, dos firmas de ropa bastante conocidas y accionario principal del canal 8 de televisión.
MATTHEWS: - Joder.
CUSTO: - Bueno, se hace lo que se puede. Sin embargo, no quiero ir por ahí fardando. Odio a los fantasmas. Me gusta la austeridad, aunque admito que un poco me paso. Llevo dos años con la misma ropa, la chaqueta de pana agujereada o el jersey de lana con pelotas. Eso sí, siempre llevo la ropa limpia. Gastada, pero aseada. La ducha diaria no me la quita nadie.
DANI: - De modo que Custo va de vagabundo sin serlo.
CUSTO: - A veces me he planteado irme a vivir a la calle, pero no perdono la ducha ni el jabón. Además, es muy duro pasar frío o que me pase como el año pasado, cuando un puñao de criajos la emprendieron a patadas conmigo.
BALTA: - ¿Qué hiciste?
CUSTO: - Tenía un as en la manga. Les di entradas para la discoteca HIGHER. Es mía.
WENCES: - Joder, esa discoteca vale 24 euros la entrada. Mis hijas están cardiacas por ir. No sabía que era tuya.
CUSTO: - ¿Quieres entradas?
WENCES: - Deja. A meterse mierda que vayan al parque.
MERCHE: - ¿Y qué tal cuando te has puesto el traje?
CUSTO: - Pues un poco raro, pero había reunión con los alemanes y no podía esquivarla. El tema era serio.
MATTHEWS: - ¿Tus amigos saben que eres millonario?
CUSTO: - Muy pocos. La mayoría piensan que soy un muerto de hambre. Salgo de la mansión por la puerta del servicio y todos mis empleados tienen orden de tratarme de tú, especialmente en el exterior. De hecho algunos creen de veras que soy del servicio. El otro día la jefa de cocineros me echó una buena bronca.
WENCES: - Despedirías a esa zorra…
CUSTO: - ¡Qué va! Precisamente es lo que quiero, que la gente me valore por lo que soy, no por lo que tengo. Me encantó su agresividad, su sincera antipatía. Prefiero eso a que me besen el culo y pongan la alfombra allá por donde camino. Al terminar el turno le pedí una cita a la jefa de cocina.
MERCHE: - ¿Qué te contestó?
CUSTO: - Esto: “¿Salir contigo, cerdo baboso? ¿En qué mundo podría un andrajoso como tú menos que arrodillarte por donde yo pasara? ¿Pero te has visto bien, piltrafa, pordiosero, que debes estar aquí porque al señor le gusta la caridad? ¡Pero qué asco me das, aparta, aparta y no te atrevas jamás a pasar por el mismo pasillo por el que yo asome a lo lejos, muerto de hambre, salido, vago, indigente!
Te repudio, me produces tanta repulsión que voy a vomitar. Ponte a llorar con la cara en el suelo o me encargo de que te echen a la puta calle, escoria humana, proyecto de ni-ni, denigrador de heces, cosa informe y horrenda. ¡Fuera de aquí!”
DANI: - ¡Qué fuerte, grabaste la bronca y la llevas encima!
CUSTO: - Sí, con el móvil. Me encanta.
BALTA: - ¿Y no será que te gusta que te humillen? Lo tuyo no es muy normal.
CUSTO: - No, Baltasar. Lo que no me gusta es que me mientan o adulen por estar podrido, que lo estoy. Quiero ser lo que soy y ganarme a la gente por mi manera de ser, y no por mi dinero.
WENCES: - Pues entonces morirás de asco, si esperas que la gente valore al hombre y no al millonario, como hizo tu cocinera.
CUSTO: - Jefa de cocina. Le pago 3000 euros mensuales. Se lo tiene un poco creído. Cuando me siento deprimido me pongo el video del móvil y me siento enchufado otra vez con semejante chute de sinceridad.
MERCHE: - Jolín, de sinceridad y de mala leche.
BALTA: - Estáis todos un poco pa’llá.
WENCES: - Es lo que hay.

4 comentarios:

  1. Oyes que me de a mí el dinero que a mí no me importaría aparentar... o si no quiere, con esos sueldo trabajo para él y le subo la autestima a balse de insultos como hace la cocinera ;P

    dirty saludos¡¡¡¡¡¡

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  2. Nada Drywater!!..que les has hecho pasar desarpercibidos. Que mundo por dios!!..jeje..
    Muy bueno Dry
    Saludosss!!

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  3. Pues si lo que mola es aparentar, hombre

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