martes, 1 de diciembre de 2009

La violencia de género está de moda

Hace años que esta cruz cuelga del cancerígeno pecho de nuestra sociedad, la pervierte con crudeza y demuestra lo paradójico de la civilización. ¿Por qué entonces parece que ha surgido en los últimos diez años? ¿Acaso antes no se zurraba a las mujeres? ¿Es un hobby unidireccional o también hay hembras maltratavarones como si fueran unas adelantadas mantis religiosas?
Contestando a todo ello, porque lo femenino está de moda, sí de toda la vida y también ocurre al revés.
Lo primero que debo puntualizar, a riesgo de ganarme las enemistades más manifiestas, es que la violencia machista no me parece especialmente grave. Por supuesto lo es, pero a veces parecemos olvidar actos mucho más reprobables: maltratar niños es mucho más trágico, esos sí que no tienen salida alguna; o prostituir rumanas a hostias y violaciones desvirgadoras; arrancarle una pierna a un transeúnte inocente que pasaba por donde un hijoputa nacionalista hace detonar un BMW-bomba. Estos sí que no tenían elección. Quiero decir, evidentemente en un caso de maltrato la culpa es del agresor y nunca de la víctima, pero por un amor mal entendido o un miedo demasiado bien comprendido a veces una se encierra en su propio ataúd en lugar de darle en los huevos al sepulturero al primer martillazo que dé en el clavo. Salir de una situación de abuso es muy difícil, quizá por ello la única oportunidad es nunca llegar a meterse en ella. Sé que Perogrullo me mandaría a la mierda, pero algo tan claro no se ve cuando le pasa a una misma. El violento no se hace al día siguiente de desposarse como por hechizo. Hijoputa se nace y hay que verlo venir y cortarlo a tiempo. Antes de la primera paliza. Y mucho antes de acabar con las tripas abiertas.
Más allá de la crudeza que despachan las anteriores aseveraciones, ¿por qué ahora sí se habla de esto y antes no? Probablemente sea por el nuevo rol de la mujer en la sociedad. Le confiero, desde mi osada necedad, mayor peso específico en la escala evolutiva, mayor capacidad de sufrimiento, funciones multitarea, pragmatismo empírico y gran adaptabilidad. La superwoman del siglo XXI hace tiempo que aterrizó desde Krypton y ahora se le exige que salve el mundo, la empresa, la disfunción eréctil de Clark Kent, el hogar y que los canelones salgan buenos. Y toda la maquinaria consumista que giraba en torno al caballero se orienta a la señora repentinamente. Porque ahora trabaja, gana perricas y puede gastar de modo independiente y hasta convulsivo. La vampírica publicidad tiene nuevas y más suaves yugulares que morder y chupar la sangre sin matar, al menos de modo súbito. Así pues sólo ahora que la mujer es importante socialmente nos acordamos de que los psicópatas enfermos machistas las fostian hasta la muerte. Antaño se lo merecían por hacer la paella un poco pasada. ¡Qué cinismo, empezando por ellos y acabando por ellas!
Pero ya puestos a hablar de violencia también quiero desenterrar la violencia psíquica. Ésta no entiende de músculos ni de inferioridad física. También puede ser de género pero la ejerce el más fuerte mentalmente, a veces la fémina. Razones, unas cuantas. Primero, el hombre es más dado al maltrato corporal si ha de inclinarse por esta saludable actividad. Segundo, la mujer nunca ejercerá la otra opción porque salvo escasas excepciones siempre tiene menos fortaleza. Y aquí vale todo: manipulación, celos convulsivos, fatalidades, problemas mentales, ninguneo, infidelidad, mentiras, insultos, acoso, luz de gas, accidentes. Es muy jodido vivir con alguien que te maltrata mentalmente. Te regala toda la hiel que necesitas para sentirte una mierda y convertir tus noches en ronquidos sin sueños. Y tú acabas pensando que realmente no vales, y tu potencial se reduce a la mínima potencia, y el otro crece a costa de tu propia energía. Y lo malo es que los moratones del alma no se ven ni se pueden denunciar, por muchas palizas verbales y psicológicas que te den. Y sin embargo, duelen más que los otros y causan la muerte igual. Tampoco crean que son independientes de los otros: Muchas veces son hermanos de causa y causa de perdición.

6 comentarios:

  1. Es un tema peliagudo y hay partes que comparto contigo y otras no tanto. Se debe de denunciar cualkier tipo de maltrato sea del tipo que sea... No estoy de acuerdo en esto: no es tan fácil para una maltratada escapar de su situación, no es tan fácil pegarle en los huevos como nos pudiera parecer al resto desde fuera, la mente humana es muy compleja... Pero en fin, es un tema muy complicado...

    dirty saludos¡¡¡¡¡¡¡¡¡

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  2. Opino como dirty Clothes, es un tema demasiado peliagudo. Las mentes de las mujeres maltratadas tampoco deciden bloquearse y anularse. Si les pasa a la mayoría de las maltratadas el no poder salir de esa situación, será por algo. Ellas tampoco eligen esa situación.Es muy frívolo decir que hay que verlo venir. Dicen que los maltratadores son socialmente estupendos, agradables, educados... son tan hijos de ... que pueden camuflar esa personlidad. De todas formas me parece un rtículo muy valiente.

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  3. Pues tenéis todos mucha razón. Yo no digo que sea fácil salir de eso porque no lo es. Sólo apunto que antes no le importaba a nadie un carajo si existía el maltrato o no.
    Admito que mi opinión aquí es muy discutible y yo mismo en frío discrepo de mis propias palabras : desde luego que es grave y menos mal que ahora se combate con todas las armas. Si me he detenido en lo más frívolo es porque veo en todo esto muchas contradicciones sociales.

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  4. La última parte me ha puesto los pelos de punta."Te regala toda la hiel...."

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  5. Me parece un artículo muy valiente y arriesgado y estoy de acuerdo con los comentarios. Pero me parece que no es frívolo y llego a entender lo que quieres decir Drywater.

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  6. Hay algunas mujeres famosas de pacotilla que aprovechan le tele para inventarse que sus parejas les maltratan. ¡Qué gentuza!

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