martes, 17 de noviembre de 2009

Ramoncín nos proteja

José Ramón Julio Martínez Márquez ha sido muchas cosas: artista, progre, transgresor, burgués, intelectual, sheriff, pijo, reaccionario... Tenía, como unos privilegiados Johnny Depp, Michael J. Fox o Mick Jagger, un faustiano pacto con el diablo que le hacía envejecer cual lobezno con mayor ralentí que el resto de mortales. Su pico de oro además le hacía imprescindible en cualquier tertulia televisiva anterior al amarillismo jorgejaviervazqueciano. Con frecuencia me hipnotizaba frente a la tonta caja a escuchar al imberbe cuarentón que regalaba opiniones de contundencia inusitada. Ramoncín fue tocado por las musas del verbo. Sus argumentos parecían divinos, sus digresiones impepinables y sus matices ricos como las tejas de caramelo de Hansel y Gretel. Soportaba como dudoso bagaje un impagable repertorio de discos y directos de rock a sus anchas espaldas y cierto aire a Elvis. Era un señor con pasado, honroso u hortera, según los gustos, pero era un creador.

No llegué a su época musical pero sí rescaté algo de él mediante oscuros e ilegales procedimientos de descarga. Menuda paradoja más premonitoria. Su sonido tampoco me embelesó más de lo que lo había hecho su afilada espada de palabrería certera. En general puedo afirmar que el nota me caía bien.

Pero Ramón Sólo se embarcó en aventuras innegociables, como empecinarse en que el respetable ya no le llamase Ramoncín. Su fracaso fue estrepitoso, y ya para entonces un ser tan pispado como don José Ramón debería haber vaticinado que lo peor que le puede acontecer a un famoso es perder la credibilidad pública (que se lo digan a Guti, Violeta Santander o Farruquito).

Lo peor vino después: El rey del pollo frito, abanderado de la rebeldía y la subcultura rock, se alista como almirante de las fuerzas artísticas de la SGAE. En este país está muy mal visto ser ladrón de ricos y luego hacerse policía, sobre todo cuando persigues con saña y gravas a los pobres. Es como si Robin Hood se disfrazara de Sheriff de Nottingham y disparase sus empitonadas flechas contra los alegres culetes enmallados de los bandoleros hippies. Ramoncín impuso miles de impuestos a todo lo que rozaba los derechos de autor, rayando en la codicia más bajuna y la legalidad más tiquismiquis, esa que cuaquier policía de barrio con dos dedos de frontal nunca se empeñaría en cumplir. Y es que, por mucho que se pretenda crear un fondo de ayuda para artistas en paro, aplicar un canon a los cds en blanco parece de risa, así como imponer jugosas tasas en conciertos de mala muerte o bodas de doscientos infelices por el mero y pedófilo hecho de interpretar cuatro canciones de los Beatles y el Paquito Chocolatero. Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible. Pretender que la gente no se baje de Internet gratis toda la discografía de Sabina y el disco de Las Supremas de Móstoles es virtualmente imposible, y éticamente desaconsejable, bien porque te falte La Mandrágora o porque las orondas cantoras del Cibersexo no merezcan vender un disco. Nadie va a pagar por ello.

No sé muy bien quién creó Internet, y todavía no entiendo por qué además de pagar a Telefónica, Jazztel, Ono o Yoigo no tenemos que pagar a Ramoncín un impuesto antipirateo por si queremos ver sus famosos videos del Jueves en Youtube. España es un país a veces cutre, ridículo y borrego, pero cuando superamos las envidias escondemos detrás un buen corazón provinciano y un pelín de sentido común, ése mismo que nos hace ver que el cantante de “Marica de terciopelo” se ha cambiado de tren. Y aquí la traición y la incoherencia se llevan muy mal. Si eres un hijoputa pues hijoputa eres, pero no me vendas la moto de que fue un error, pasaba por la calle equivocada o el semáforo estaba en ámbar. Siempre hay que dar la cara, y cuando veinte millones de personas te abuchean por la calle es que debería caérsete de vergüenza, volverte a casa con la calavera desnuda y replantearte si no te has equivocado en los últimos diez años. ¿O acaso el OT 2009 del que eras Jurado era tan diferente del OT 2002? Quizá tu proyecto en la SGAE realmente buscaba favorecer a los artistas desamparados, pero para la España mundana sólo parecía que te llenabas los bolsillos a costa de multar a las cuatro orquestas de pueblo que malcomían canturreando “Amante bandido” y “Pacto entre caballeros”.

10 comentarios:

  1. Este tipo se cruzó en mi vida dos veces para mal, una cuando en un concierto por el mal rollo que pilló con el público y otra cuando a un novio que tuve no se le ocurrió otra cosa que regalarme una cinta-cassette suya en el año 1987, que todavía conservo porque no sé de que manera deshacerme de ella que mejor quede compensada del agravio.
    Un saludo.

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  2. El tomate nace verde
    y el tiempo le da color,
    pero el que nace hijoputa
    no se lo quita ni Dios.

    (sabiduría popular)

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  3. A mi Ramoncín me parece un "pintas" y un Sinvergüenza.

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  4. A mí este hombre y sus paranoias me dan mucha pereza... bufffffffff...

    dirty saludos¡¡¡¡

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  5. Has dado en el clavo, jefe. Has conseguido hacer de un artículo de opinión la razón de ser de este absurdo personaje. Este Ramón de las pelotas es un mierdas falso y desiquilibrado que iba de divo de masas y de rebelde con causas, pero la mona aunque se vista de seda...

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  6. Este hombre es un sinvergüenza y un hipócrita. Como bien dices, si hay algo que no soportamos en este país es esa falsedad que lleva por bandera el rey del pollo frito.

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  7. Holaaaaaa!!!! Cómo estás??? Cuanto tiempo sin pasarme (ni siquiera por mi blog me pasaba) entre el curro, los estudios y todo... peroooo, ya he vueltoooo JOJOJOOO!!!!

    ¿Cómo estás????

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  8. Yo lo que puedo comentar es que le escucho en el programa'' queremos opinar'' y sus comentarios son coherentes,realistas,justos, de los tertulianos es uno de los que mejor hablan para mi sorpresa,no me lo esperaba,por tanto enhorabuena señor Ramón por sus intervencciones,como para el señor Villaroya

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  9. Para mi sorpresa el señor Ramón es un estupendo tertuliano en el programa''queremos oipinar''igualmente el señor Villaroya mi enhorabuena a los dos por esos comentarios coherentes,justos,e imparciales.

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